La jugabilidad de esta colección de la saga de “skating” más importante de la historia de los videojuegos es muy buena. Se ha conseguido adaptar una globalidad jugable muy difícil de trasladar por la antigüedad de los primeros títulos. No obstante, el estilo se ha mantenido y las imprecisiones brillan por su ausencia, pudiendo trazar todo tipo de “tricks” (trucos) a bordo de nuestra tabla sin problemas técnicos. Pese a su inicial complejidad, no se hace pesado pasarnos horas aprendiendo los intuitivos movimientos, de hecho resulta muy adictivo.
El apartado gráfico deslumbra. Se ha respetado en buena medida los escenarios originales recreándolos con texturas de gran calidad, que dan un aspecto tan limpio y brillante que bien podría pertenecer a un título de la generación actual creado durante la misma. Ciertamente, los escenarios no son grandes al estilo de Skate 3, y eso ha permitido un mayor afinamiento del conjunto gráfico. En el repertorio de escenarios nos encontramos algunos como los almacenes, Mall, Marsella, Venice Beach o Hangar. En lo relativo al apartado sonoro nos alegra mucho que se mantengan piezas de la banda sonora original, uno de los sellos mágicos de los primeros títulos de la saga.
Los modos de juegos son varios, tales como superar varios objetivos en diversos escenarios, o el propio modo Big Head, muy entretenido. Estos quedan rematados por un acertadísimo modo online, que da otra dimensión a este título, haciéndolo aún más recomendable si cabe. Nuestras victorias en los distintos modos supondrán puntos de bonificación que utilizaremos para mejorar diferentes atributos de nuestro personaje. Entre la pléyade de “skaters” que podemos manejar se encuentran Tony Hawk, Rodney Mullen, Andrew Reynolds o Eric Koston entre otros. La oferta tanto de personajes como de modos de juego es considerable, dado el tipo de juego del que hablamos.
Conclusión